La adrenalina hace que nuestro sistema nervioso "hiperactive" muestre funciones vitales para esas si tuaciones de alarma:
- Se acelera el ritmo cardíaco (necesitamos el máximo de sangre para aportar más oxígeno y nutrientes a todos los órganos).
- Aumenta la respiración para que la sangre se oxigene lo antes y mejor posible.
- Dilata las pupilas, ya que necesitamos la mejor visión posible para "ver el peligro".
- Aumenta la presión sanguínea. Los vasos sanguíneos de los órganos más importantes se dilatan para recibir más sangre, mientras que los vasos más pequeños se estrechan ya que no son imprescindibles durante unos momentos (orejas, nariz, manos, etc.). Por eso en momentos de liberación de adrenalina nos quedamos pálidos.
- Detiene momentáneamente el movimiento intestinal, ya que en momentos de peligro tener ganas de ir al baño sería todo un problema.
- Saca nuestras reservas de glucógeno (glucosa) para que nuestros músculos tengan el máximo de combustible... para salir corriendo o luchar.
- Detiene momentáneamente el movimiento intestinal, ya que en momentos de peligro tener ganas de ir al baño sería todo un problema.
- Saca nuestras reservas de glucógeno (glucosa) para que nuestros músculos tengan el máximo de combustible... para salir corriendo o luchar.
Pensemos que la adrenalina era necesaria tanto en la Prehistoria (escapar de un animal salvaje) como hoy en día para esquivar un accidente, en el momento más emocionante de la película o del videojuego, como reacción a un susto o cuando realizas alguna actividad de riesgo.
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